Los también llamados test rápidos detectan los anticuerpos generados para combatir el COVID-19 a partir de una muestra de sangre. Pero, aunque son económicos, no detectan el virus en sí y presentan otras limitaciones que acá te damos a conocer.
Si tu negocio pronto retomará sus operaciones presencialmente y estás considerando aplicar pruebas para detectar de forma temprana los contagios entre los colaboradores, es importante que tengas claridad del tipo de test que sirve para prevenir el contagio.
Por un lado están los de RNA (Ácido Ribonucleico) que detectan el material genético del virus y por otro, los de anticuerpos o también llamados test rápidos (pertenecientes a la categoría de los Serológicos), que generan interés por ser económicos y fáciles de implementar, pero que presentan ciertas limitaciones que sí o sí debes tener en cuenta.
1. Detectan los anticuerpos que la persona genera para enfrentar la enfermedad
Tal como indica la publicación de la Asociación Chilena de Seguridad, los test rápidos detectan los anticuerpos creados por el sistema inmune de las personas como mecanismo de defensa ante la presencia de COVID-19. Esto quiere decir que no detectan un contagio reciente, sino la enfermedad activa de varios días de evolución.
Considerando que los anticuerpos pueden ser detectados alrededor del séptimo día desde el inicio de síntomas, este tipo de test no representa un indicador útil y fiable para averiguar quién de los colaboradores está infectado en el momento de la prueba.
2. Son rápidos en entregar resultados, pero no en detectar la enfermedad
En su forma de proceder son rápidos, ya que con solo una muestra de sangre obtienes un resultado en menos de 30 minutos. Pero en cuanto a la detección, no lo son porque demoran de 12 a 16 días desde el contagio hasta el hallazgo de la enfermedad.
Por lo mismo, si un colaborador está recién contagiado puede suceder que al aplicarle el test se obtenga rápidamente un resultado negativo y que realmente si se encuentre infectado, lo que daría pie a un brote de contagios al interior de tu organización.
3. No todos distinguen defensas permanentes
Un punto relevante sobre los test de anticuerpos o también llamados rápidos, es que no todos detectan el tipo de anticuerpos asociados a una respuesta inmunitaria a largo plazo.
De hecho, la publicación de la plataforma de noticias científicas SINC da a conocer que algunos solo detectan anticuerpos totales, pero no distinguen entre aquellos anticuerpos que se generan en la primera fase de infección (los IgM) y los que aparecen más tarde (los IgG), mismos que permanecen más tiempo en el organismo y que en teoría son los que neutralizan futuros ataques del virus.
4. Tienen fiabilidad limitada
La fiabilidad de un test se determina en función de dos parámetros:
- Sensibilidad, es decir, la capacidad de detectar verdaderos casos positivos.
- Especificidad, que hace referencia a la capacidad de detectar verdaderos casos negativos.
Con respecto a la fiabilidad de los test de anticuerpos, esta varía según el laboratorio, fabricante y etapa en la que se encuentra el virus al interior del organismo.
Hasta ahora tienen escasa fiabilidad para una detección temprana. Es más, en abril de este 2020 la Organización Mundial de la Salud desaconsejó su uso fuera de contexto de investigación, argumentando que tenían una sensibilidad limitada y podrían clasificar como sana a una persona infectada, dando una falsa impresión de seguridad.
Haz testeos preventivos
Si bien la decisión de volver al trabajo de forma segura va de la mano con medidas preventivas para frenar la pandemia, es importante que tu organización defina qué pruebas son útiles para detectar a los colaboradores con riesgo de contagio, tengan o no síntomas.
Hacer testeos preventivos a todos los integrantes de tu organización es fundamental, por lo mismo, adquiere pruebas fiables, disponibles y accesibles en costos, que te permitan mitigar el riesgo de brotes y continuar con las operaciones en un ambiente de trabajo totalmente seguro.